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Encimeras de piedra natural:

Dentro de las encimeras de piedra natural hay que hacer ciertas distinciones: Por un lado tenemos las de mármol, en sus distintas variantes, como los blancos y el travertino. En absoluto se recomiendan para encimera de cocina, sólo para baños y puntualmente, debido a su alta porosidad, que facilita que coja manchas, y en parte a su composición, pueden ser atacados por productos de uso común en la cocina.

Por otro lado, tenemos todas las demás piedras, conocidas genéricamente como “granitos”, aunque estrictamente hablando no lo sean. Dentro de los granitos, podemos distinguir entre los nacionales y los de importación, siendo estos últimos de mayor precio debido al mayor coste de transporte. Este sobreprecio, no significa en modo alguno que los nacionales sean piedras de calidad inferior, pues contamos con variedades como el Rosa Porriño, de fama mundial y muy valorado por sus características.

Rosa Porriño
Rosa Porriño

En este grupo de piedras podemos encontrar una gran gama de colores y veteados, desde los homogéneos, como el citado Rosa Porriño a los grandes veteados, como el Titánium e incluso juegos de colores, con el Everglades de ejemplo, ambos de Naturamia.

Everglades encimera
Encimera realizada con granito Everglades
Titanium
Encimera realizada con granito Titanium

En función de las piedra seleccionada, sus características varían, pero en general podemos hablar de las siguiente ventajas:

  • Resistencia a manchas moderada a alta.
  • Resistencia a marcas superficiales y arañazos.
  • Resistencia al calor. En en este punto hay que añadir que una olla muy caliente, en la superficie fría si podría provocar una grieta por el “golpe térmico”.
  • Superficies higiénicas
  • En en caso de las encimeras nacionales, son más económicas que otras opciones.
  • Durabilidad a largo plazo.

En el lado de las desventajas, tan sólo apuntar que debido a la porosidad que presentan algunos colores es altamente recomendable aplicar productos específicos cada  año o año y medio, dependiendo del uso de la encimera,  para sellar las superficies y evitar manchas en las piedras, sobre todo en colores claros. Las piedras salen del taller del marmolista ya tratadas, de modo que este mantenimiento es recomendable, aunque no obligatorio.

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